El movimiento obrero: selección de documentos

Pellizza Da Volpedo. El Cuarto Estado
  • Ludismo:
"En la tarde del viernes, alrededor de las cuatro, un numerosos grupo de revoltosos atacó la fabrica de tejidos pertenecientes a los señores Wroe y Duncroft, en West Houghton (...) y encontrándola desprotegida, pronto se apoderaron de ella. Inmediatamente la incendiaron y todo el edificio con su valiosa maquinaria, tejidos etc., fue completamente destruido. Los daños ocasionados son inmensos, habiendo costado la fábrica sola 6000 libras. La razón aducida para justificar este acto horrible es como en Middleton, el "tejido a vapor". A causa de este espantoso suceso, dos respetables familias han sufrido un daño grave e irreparable y gran número de pobres han quedado sin empleo. Los revoltosos parecen dirigir su veganza contra toda clase de adelantos en las maquinarias. ¡Cuán errados están! ¿Qué habría sido de este país sin tales adelantos?"
Annual Register, 26 de abril de 1812

"El 2 de marzo, más de 1200 hombres se dirigieron a las fábricas situadas fuera de la ciudad de Alcoy y destruyeron sus máquinas (que no eran de vapor). El 9 de marzo, el diputado alcoyano, Sr. Gisbert, explicaba en las Cortes las causas del motín ludita:
"Como la invención de las máquinas excusa gran multitud de brazos, nada tiene de extraño que, viniendo a ser cesantes los que antes se ocupaban del trabajo, acosados del hambre y de la necesidad, se precipiten en estos excesos""
Diario de sesiones de las Cortes  españolas, 9 de marzo  de 1821
  • Cartismo:
  • «Una votación democrática llevaría al Parlamento a los representantes de la clase obrera, al ser mayoritaria en la población inglesa, y con ello permitiría la aprobación de medidas de reforma social. Los seis puntos reclamados por la Carta del Pueblo eran: 1), distritos electorales iguales; 2), sufragio universal; 3), renovación anual del Parlamento; 4), supresión del requisito de ser propietario para ser Diputado; 5), voto secreto mediante papeletas; 6), pago de dietas a los Diputados.»
     Carta del Pueblo en R. DangevilleMarEngelsEl Sindicalismo1976.
  • Socialismo utópico
«El nuevo sistema se funda en principios que capacitarán a la humanidad para impedir en la próxima generación todos los males y miserias que nosotros y nuestros antepasados hemos experimentado (...). Se acabará con la ignorancia; se impedirá que las malas pasiones se fortalezcan; la amabilidad y la caridad prevalecerán universalmente; no se conocerá la pobreza; el interés de cada individuo estará en estrecha relación con el interés de todos los individuos del mundo. No habrá ninguna contradicción entre los deseos y apetencias de los hombres. La moderación y simplicidad de maneras será la característica de todos los compoentes de la sociedad (...). Cada uno poseerá, sin perjuicio de los demás, todo lo que pueda tender a su comodidad, su bienestar y su felicidad (...) A su debido tiempo, se formarán comunidades con tales caracteres.»
Informe de Robert Owen a los habitantes de New Lanark, ciudad fundada en torno a su fábrica.  1816.
    • Marxismo

    «En la manufactura y en el oficio, el obrero se sirve de la herramienta; en la fábrica sirve a la máquina. En los dos primeros casos, el movimiento del medio de trabajo dimana del obrero, mientras que en el último es el obrero quien tiene que seguir al movimiento. En la manufactura, los obreros son miembros de un mecanismo vivo. En la fábrica existe un mecanismo independiente de ellos, al cual se incorporan como secuela viva. El triste tormento de un trabajo infinito, que repite siempre el mismo proceso mecánico, se asemeja al trabajo de Sísifo. El peso del trabajo cae, lo mismo que la roca, constantemente sobre el obrero extenuado (...). Toda producción capitalista que sea no sólo proceso de trabajo, sino a la vez proceso de incremento de capital, tiene como característica común el que no es el obrero quien aplica la condición del trabajo, sino que es a la inversa, la condición del trabajo aplica al obrero; pero sólo con la introducción de la maquinaria adquiere esta inversión técnica una realidad palmaria.»
    Kar1 Marx: El capital, 1867-1874.


    "Toda la historia de la sociedad humana, hasta el día, es una historia de luchas de clases. Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre, empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras franca y abierta, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformación revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes."

    Marx, Engels, El manifiesto comunista, 1848

    • Anarquismo

    "Nuestro programa socialista exige y debe exigir irrenunciablemente:
    1. La igualdad política, económica y social de todas las clases y todos los pueblos de la tierra.
    2. La abolición de la propiedad hereditaria.
    3. La apropiación de la tierra por las asociaciones agrícolas, y del capital y de todos los medios de producción por las asociaciones industriales.
    4. La abolición del ordenamiento jurídico de la familia patriarcal, basado exclusivamente en el derecho a heredar la propiedad, así como la equiparación de los derechos políticos, económicos y sociales del hombre y de la mujer.
    5. La crianza y educación de los niños de ambos sexos hasta su mayoría de edad, entendiéndose que la formación científica y técnica, en la que se incluyen los niveles más altos de formación, será igual y obligatoria para todos. La escuela reemplazará a la iglesia y hará innecesarios los códigos penales, los policías, los castigos, la prisión y los verdugos."
    M. Bakunin. Los fundamentos económicos y sociales del anarquismo.


    "El ruso pronunció estas palabras a media voz, con cierto aire de fervor religioso, y dirigiendo una mirada a Oriente. Hablaba del maestro, de Bakunin, el exterminador.
    —Sólo él puede dar el golpe —añadió— pues todos esos sabios que tú admiras son un atajo de cobardes… Antes de tres años, la Internacional estará obedeciendo sus órdenes, habrá destruido la sociedad vieja.
    Esteban prestaba gran atención. Ardía en deseos de instruirse, de comprender ese culto de la destrucción, sobre el cual el ruso no pronunciaba nunca más que palabras vagas, como si quisiera conservar secretos sus misterios.
    —Bien… Pero explícame al menos qué quieres hacer.
    —Destruirlo todo… Que no haya más naciones, ni gobiernos, ni propiedades, ni Dios, ni culto.
    —Comprendo; pero ¿qué se conseguirá con eso?
    —La sociedad primitiva y sin forma; un mundo nuevo; otra vez el principio de todo.
    —¿Y los medios de acción? ¿Con cuáles contáis?
    —Con el fuego, con el veneno, con el puñal. El bandido es el verdadero héroe, el vengador del pueblo, el verdadero revolucionario en acción, sin frases aprendidas en los libros. Es necesario que una serie de atentados horrendos espante a los poderosos y despierte al pueblo".
    Emile Zola, Germinal, 1885.
    • I Internacional

    «Considerando:
     Que la emancipación de los trabajadores debe ser obra de ellos mismos, que sus esfuerzos por conquistar su emancipación no deben tender a constituir nuevos privilegios, sino a establecer para todos los mismos derechos y los mismos deberes.
    Que el sometimiento del trabajador al capital es la fuente de toda servidumbre: política, moral, material.
    Que, por esta razón, la emancipacn de los trabajadores es el gran objetivo al que debe ser subordinado todo el movimiento político ( ... ).
    Que todos los esfuerzos realizados hasta aqhan fracasado por falta de solidaridad entre los obreros de las diversas profesiones en cada país, y de una unión fraternal entre los trabajadores de diversas regiones.

    Que la emancipación de los trabajadores no es un problema local o nacional, sino que, por el contrario, interesa a todas las naciones civilizadas, ya que su solución está necesariamente subordinada a su concurso teórico y práctico.
    Que el movimiento que se lleva a cabo entre los obreros de los países más industriosos de Europa
    [...] advierte solemnemente no recaer en los viejos errores, y aconseja combinar todos esos esfuerzos aún aislados.
    Por estas razones:
    Los que abajo firman, miembros del Consejo elegido por la asamblea celebrada el 28 de septiembre de 1864 en Saint-Martin's Hall en Londres, han tomado las medidas necesarias para fundar la Asociación Internacional de Trabajadores.»
    Preámbulo de los Estatutos de la I Internacional



    «Los comunistas creen un deber organizar las fuerzas obreras para apoderarse del poder político de los Estados. Los socialistas revolucionarios, en cambio, sólo confían en la libertad ... ; piensan que la humanidad se ha dejado mandar demasiado tiempo y que el origen de su infidelidad no está en una u otra forma de gobierno, sino en el mismo hecho del gobierno, sea éste cual fuere. Este es el punto que divide esencialmente a los socialistas o colectivistas revolucionarios de los comunistas autoritarios, partidarios de la iniciativa absoluta del Estado. Ellos afirman que solamente la dictadura -la suya, por supuestopuede crear la voluntad del pueblo. Nosotros les respondemos: ninguna dictadura puede tener otro objeto que el de perpetuarse; ninguna dictadura podría engendrar y desarrollar en epueblo que la soporta otra cosa que la esclavitud: la libertad sólo puede ser creada por la libertad.»
    Discurso de Mijaíl Bakunin, 1869.

    • II Internacional 

    «Fiesta del Trabajo. Manifestación Internacional del Primero de Mayo.

    Por la jornada de ocho horas y una legislación protectora del trabajo que tenga como fin la garantía de un salario mínimo, la limitación del trabajo de las mujeres y de los niños, el reposo de un día por semana y la supresión del trabajo nocturno, de las oficinas de colocaciones y de los intermediarios en el trabajo.
    Porque la jornada de ocho horas es trabajo y pan para muchos trabajadores que se amontonan con el estómago vacío en las puertas de los talleres: en efecto, donde se necesitan dos obreros que trabajan doce horas, se necesitarán tres que trabajen ocho horas.
    Porque la jornada de ocho horas significa el fin del paro periódico que multiplica los efectos del maquinismo, y la disminución de trabajo para los que trabajan demasiado, proporcionando trabajo a los que no lo tienen.
    Porque la jornada de ocho horas es el aumento de los salarios por la supresión de la competencia homicida que hacen los obreros desocupados a los trabajadores ocupados y de la baja de salarios que esta competencia acarrea.
    Porque la jornada de ocho horas es, con ocho horas de sueño y ocho de descanso, vida de libertad y de acción para la clase obrera.
    Porque la jornada de ocho horas beneficiará al pequeño comercio, aumentando el poder adquisitivo y de consumo de su clientela obrera,ya que ésta será más numerosa y mejor pagada, como consecuencia del aumento forzoso de los obreros ocupados y de sus salarios ( ... ).
    Trabajadores de París:
    Festejaréis el Primero de Mayo con el orden y la dignidad que animan al proletariado internacional en marcha hacia su emancipación.
    ¡Viva la jornada de ocho horas!¡Viva la República Democrática y Social!»
    Llamamiento del Congreso Internacional de París para la fiesta internacional del trabajo del 1 de mayo de 1890

    " El Congreso rechaza las tendencias revisionistas (...) que tratan de reemplazar la conquista del poder mediante la lucha contra la burguesía, por una política de concesiones hacia el orden establecido. La consecuencia de una tal táctica revisionista sería convertir a un partido que persigue la transformación de la sociedad burguesa en sociedad socialista; de un partido, por consiguiente revolucionario (...) , en un partido que se conformaría con reformar la sociedad burguesa.
    (...) El Congreso declara:
    1º Que el partido declina toda responsabilidad en las condiciones políticas y económicas, basadas en la producción capitalista y, por consiguiente, no aprueba ninguno de los medios que tiendan a mantener en el poder a la clase dominante.
    2º Que la democracia socialista no puede aceptar ninguna participación en el gobierno de la sociedad burguesa..."
    Resolución del Congreso de Amsterdam, 1904.


    «Las guerras entre estados capitalistas son, en general, las consecuencias de su concurrencia en el mercado mundial (...). Si una guerra amenaza estallar, es un deber de la clase obrera de los países afectados hacer todos los esfuerzos para impedirla por todos los medios que les parezcan los más apropiados y que varían naturalmente según el estado de la lucha de clases y la situación política en general.»
    Resolución del Congreso de la II Internacional. Stuttgart, 1907.

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